viernes, 7 de junio de 2013

En Contacto con mí Pareja




Estar en contacto con la pareja es reconocer de alguna manera que está ahí para mí y yo para ella. Que no existen barreras para nuestra relación. Saber que aunque tengamos un minuto para estar juntos podemos disfrutar ese minuto. Incluso a través de una línea telefónica podemos sentir nuestras presencias, podemos sentirnos conectados el uno al otro, vibrando al unísono.
¿No es eso a fin de cuentas una de las razones que nos llevan a tomar la decisión de vivir con una persona?
Sentirnos conectados. Sentirnos acompañados en nuestras vidas.
Para llegar a ese nivel ha habido un proceso, en el que paulatinamente hemos ido quitando nuestras barreras. No fue algo que se dio de la noche a la mañana. Lo construimos cada uno;  aportando la parte que nos toca. Y de la misma manera nos vamos desconectando, poco a poco.
En mi práctica como terapeuta de parejas, esa es una de las características siempre presente en una relación con conflictos. El nivel de intimidad ha disminuido casi a cero o a veces esta en menos cero.
Y es inevitable hacerme la pregunta, que después se la hago a ellos. ¿No se dieron cuenta?
En el proceso les ayudo a descubrir que si lo sabían, pero fueron justificando. Buscando excusas, los hijos, el tiempo, el trabajo, etc.
Lo malo es que queramos o no, nos hace falta ese contacto. Y empezamos a sustituir. Con lo que sea. Otras cosas van ocupando ese lugar, el lugar de la pareja. Lo que sucede después son los problemas.
Hoy quiero centrarme en esta parte únicamente y hacer una invitación a que sientas, a que te hagas responsable de la parte que te toca y revisar cómo está tu relación en ese contacto y existe distancia, si el contacto ya no es como antes, muévete a hacer la parte que te toca, exponlo, comunícalo de buena manera sin señalar culpables, únicamente como un aviso de que del contacto que te hace falta. Es sólo cuestión de tomar consciencia de cómo te sientes. De hacer contacto contigo mism@. De preguntarte, ¿cómo me siento en la relación?
Te mando un abrazo y recuerda. "El que no veas la salida, no quiere decir que no exista. Simplemente en este momento no la ves".
Psic. Pablo A. Cocom Marrufo
Celular: 9999551579


viernes, 31 de mayo de 2013

CÓMO ELEGIR PAREJA A TRAVÉS DE LAS ACTITUDES

Muchas veces en el consultorio he escuchado que las personas se preguntan ¿qué fue lo que falló en la relación? ¡No era así al inicio de la relación! ¿Cómo llegamos a este punto? Y completan con el recuerdo de que al principio todo era diferente. Y hablan de cariño, detalles, etc.
Elegir bien una pareja implica reconocer que de manera general hay dos etapas. La primera es la del enamoramiento y la segunda es el amor. Y hay que integrar la emoción y la razón para poder elegir bien.
El enamoramiento es una etapa en la que todos de alguna manera saben qué hacer, entre esas cosas está el dar detalles y estar pendiente del otro.
Pero esa etapa, queramos o no, termina. Quedarse en el enamoramiento es querer estar con la sensación de cosquilleo en el estómago, haciendo corazones en el aire. Al terminar debe pasar al amor, una etapa que se caracteriza por el compromiso voluntario.
Si en el enamoramiento me dejo llevar únicamente por las emociones, posiblemente deje de ver o justifique una serie de actitudes que me muestran cómo es la persona, dice un autor por ahí, nadie está tan vulnerable para creer una mentira cómo aquel que necesita creerla. Y es que nuestras necesidades hacen que justifiquemos eso que no deberíamos justificar.
Debemos estar pendientes de las actitudes para saber si realmente esa persona es para mí.
Aquí te menciono algunos puntos para que puedas estar alerta:
a)    Todos somos uno, y no podemos ser diferente a los que ya somos. Este principio nos revela que las actitudes serán un parámetro a observar en el otro para conocerlo de manera integral.
b)    Una actitud está formada de pensamientos, sentimientos y acciones. No podemos ver los pensamientos, ni los sentimientos. Pero las acciones y las emociones nos acercan mucho a lo que hay dentro de la cabeza y el corazón de las personas. Pues estos nos revelan los recursos que las personas tienen para afrontar sus problemas y lo que piensan de las personas y cómo deben ser tratadas. Por lo tanto, un parámetro para darme cuenta de sus actitudes es observa su reacción frente a emociones como la frustración, el enojo, la euforia. En situaciones concretas, ¿qué hace cuando las cosas no le salen como esperaba?, ¿cómo reacciona ante una situación injusta a su persona? Como que se le mete un auto cuando va manejando. ¿Reacciona con violencia frente a esas situaciones? ¿busca soluciones, o sólo se concentra en quejarse del mundo sin hacer nada? ¿Habla mal de las personas o  de su ex? ¿Es capaz de señalar con claridad la parte que le toca de su responsabilidad en cualquier problema?
c)    Una forma en la que puedo dejar de observar esas actitudes es que a mí no me parecen negativas. La persona siempre ha sido la misma, aquí es donde yo debo de revisarme, porque de acuerdo a lo que soy, es lo que atraigo.
Espero que estas pequeñas líneas te puedan dar un poco de pistas para revisar si estas eligiendo bien a tu pareja.
Recuerda, el que no veas la salida no quiere decir que no exista. Simplemente no la ves en este momento. Un abrazo. Psic. Pablo Cocom Marrufo

viernes, 24 de mayo de 2013

LA FRUSTRACIÓN Y SU MENSAJE

La frustración es sin duda una de las emociones que más trabajo en el consultorio.
Las emociones son una poderosa herramienta que nos ayuda a guiar nuestras vidas. Pero esto sólo puede ser posible si soy capaz de escuchar con claridad los mensajes que me doy a mí mismo, a través de ellas.
La frustración nos tiene un mensaje muy claro. "No es por ahí", eso que quieres lograr no lo podrás hacer de esa manera. O lo que quieres no es para ti.
Y es que la frustración es prima hermana del enojo. Cuando aparece una, con mucha frecuencia por ahí anda la otra. Y nos llevan a la misma reflexión.
Independientemente de a cuál de las dos se refiera, hay algo claro. Necesitas hacer cambios en la forma de enfrentar esa situación.
Otra razón por la que nos frustramos es porque decidimos que los demás decidan por nosotros. Es decir, la frustración también aparece cuando lo que queremos lograr no depende de nosotros. Depende de que alguien más haga algo, para que entonces yo haga, entonces yo me sienta, entonces yo decida.
Ejemplos que escucho en el consultorio; "es que ya no soporto a mi mamá, se mete en mi vida y quiere decirme como debo educar a mis hijos". Luego se da cuenta que la única opción que contemplaba es que la mamá deje de meterse en su vida. Y eso depende de la mamá, no de ella. Y solo si la mamá cambia se sentirá mejor.
Dependerá de nuestra capacidad para aceptar este mensaje el lograr nuestras metas. De poder reconocer la diferencia entre lo que puedo cambiar y lo que no. Y centrarse en lo que depende de mí.
Cuando podemos hacer esto, la frustración se convierte en una aliada, que nos ayuda a recocer el mejor camino para mi vida.
Te mando un abrazo y recuerda, "El que no veas la salida, no quiere decir que no exista. Simplemente en ese momento no la ves".

jueves, 16 de mayo de 2013

TUS VALORES

Parte del saber quién eres y de tener una identidad clara, es conocer los valores que rigen tu vida.
Cuando somos capaces de tener convicciones y ser fieles a ellas, es cuando podemos decir que tenemos una identidad clara. Por ejemplo: Voy a un restaurante y me entregan mal la cuenta. Me están cobrando menos. Yo sé lo que comí, y debo ser responsable de lo que ordené. Pero si no digo nada, sólo yo me daría cuenta. ¿Qué hago? ¿Cómo reacciono?
Estos momentos son los que describen quien soy. Y me permiten darme cuenta si verdaderamente soy coherente entre lo que digo y hago.
Otra manera se identificar cuáles son mis valores es por medio de mis emociones. Cuando al entrar en contacto con el medio ambiente, hay situaciones que me generan enojo,  situaciones que tienen que ver con cosas que no me parecen, que no me gustan. Por ejemplo, veo que a alguien le niegan algo que le corresponde por derecho. Eso genera una sensación en mí, eso es una manera de darme cuenta de cuáles son mis valores.
Y lo que debo de supervisar es como cumplo yo eso valores, porque cuando sólo aplico la regla para afuera y no para conmigo, cuando me enoja algo y no hago nada en pro de ese valor. La sentencia para conmigo mismo será severa.
La invitación es que seamos coherentes con nuestros valores. Aprendamos a darnos cuenta a través de nuestras actitudes si somos lo que decimos ser.
Te mando un abrazo y recuerda, el que no veas la salida, no quiere decir ir no exista, simplemente no la ves en este momento.
Psic. Pablo Cocom Marrufo

UNA MAMÁ SANA

Los seres humanos somos seres integrales, que nos desarrollamos en 5 áreas diferentes. El área física, la emocional, la intelectual, la social y la espiritual.
Cada una de estas áreas representa una parte importante de la persona que de no ser atendida genera un desequilibrio en las personas.
En mi experiencia, a algunas mujeres cuando son madres se olvidan de buscar este equilibrio y descuidan alguna de aras áreas, volcado todo su ser a la educación de sus hijos.
Existen muchas creencias culturales que en ocasiones impiden que al ser madres contemplen otras áreas para su desarrollo. Por citar algunas: "una buena madre da todo por sus hijos", "una madre lo perdona todo". Y así podemos mencionar infinidad de ideas, que mezcladas con algo de verdad se convierten en verdaderos obstáculos para su desarrollo.
Podemos decir que es importante perdonar, pero el perdonar no esta peleado con el poner límites. Que terminan siendo saludables para los hijos.
Te invito a que revises si te estas desarrollando de manera integral, ¿te cuidas en lo físico?¿ te atiendes cuando estas enferma? ¿Cómo manejas tus emociones? ¿Te informas antes de tomar decisiones?¿te permites un espacio para salir con amigas? ¿Cuidas tu espiritualidad y te alimentas de ella?
Recuerda que cuando Teresa de Calcuta decía, "dar HASTA que duela", en realidad estaba poniendo un límite. Hasta qué duela y párale, tal vez después puedas dar más, pero asevera reconocer cual es tu límite. Para no lastimarte a ti misma.
El ejemplo de tu auto cuidado será una buena herencia para tus hijos.
Les mando un abrazo. Recuerda, el que no veas la salida, no quiere decir que no exista. Simplemente en este momento no la ves"
Psic. Pablo Cocom Marrufo

viernes, 15 de marzo de 2013

MEJORAR LA COMUNICACIÓN


Cuando escucho que la gente dice, "es que necesito mejorar mi comunicación... en la relación de pareja, con mis hijos o en cualquier otra relación". Siempre viene la misma pregunta a mi cabeza. ¿Qué significa comunicarse para esta persona? Pues la definición que tiene cada persona de esa palabra, se puede convertir en el mayor obstáculo para poder comunicarse efectivamente.
La comunicación es todo un arte, porque involucra toda la actitud del ser humano. Y mientas mejor manejes la actitud, más efectiva será la comunicación.
Una actitud está compuesta de tres elementos; pensamientos, sentimientos y acciones. Y sólo si somos coherentes en estos ámbitos, la comunicación es positiva. Sea cual fuere el tipo de relación en la que necesitemos comunicarnos.
Hoy quiero proponer tres estrategias para poder mejorar la comunicación desde esta perspectiva actitudinal.
1. Reconocer La emoción como el aviso de que algo pasa. (Emoción)
2. Seguir la regla de "las cosas son". No juzgarlas. (Pensamiento)
3. Proporcionar información para hacer acuerdos. (Acción)

Describo cada una a continuación:
1. Reconocer La emoción como el aviso de que algo pasa.
Muchas veces ante una situación tensa, la comunicación verbal es lo primero que se corta. Y surge la frase: "es mejor evitar problemas". Con la cual postergamos y colaboramos para que el problema se haga más grande. Las emociones tienen la función de avisarnos que algo anda mal. Que algo se desacomodó. Debemos evitar el error de no enfrentar el aviso que nos da la emoción.

2. Seguir la regla de "las cosas son". No juzgarlas.
Generalmente los conflictos surgen por que se tienen diferentes perspectivas de cómo se deben hacer las cosas. Cuando algo ocurra, no lo tomes como algo personal. Porque si lo tomas como algo personal empiezas a interpretar la situación, "lo hizo para fastidiarme", "me odia", etc.
Cuando aplicamos la regla de “las cosas son”, lo que aprendemos es a ver en el conflicto la oportunidad de conocernos mejor. Reconociendo que no podemos pensar igual y que el desacuerdo no indica que debemos redefinir ciertos conceptos. Es información valiosa.

3. Proporcionar información para hacer acuerdos.
Después de darnos cuenta de que nuestros conceptos no coinciden, debemos ser capaces de definir con claridad lo que entendemos en esa situación.
Es decir, si yo me doy cuenta que su concepto de amar, no es igual al mío. Lo que debemos hacer es encontrar un punto de equilibrio en el que yo me sienta satisfecho al darte amor y la otra parte se sienta satisfecha de lo que recibe.
Cuando interpretamos y convertimos los problemas en algo personal, la relación poco a poco se va desgastando.
Presten atención a estas estrategias y espero que poco a poco les ayude a mejorar su comunicación.
Se vale preguntar, si tienen alguna duda mándenme un mail.
Y recuerden: “El que no vean la salida, no quiere decir que no existe. Simplemente en este momento no la ven”.
Psic. Pablo A. Cocom Marrufo M. P. H.

viernes, 1 de marzo de 2013

PARA SABOREAR LA VIDA

Después de un concurso que consistía en comer todo los pasteles que se pudiera, lo más rápido posible. Un reportero hizo una pregunta interesante al ganador, ¿de qué sabor eran los pasteles que se comió? Con cara de asombro el entrevistado pensó su respuesta y dijo: mmmmm ¡de manzana!
No es novedad hablar de que la vida actual va muy aprisa. No ha terminado Halloween y ya estamos en Navidad, cuando ya sigue San Valentín, y el día del niño y en el día de las madres y así sucesivamente, hasta perdernos en un sinfín de festividades que se convierten en las rectoras de nuestra vida, de lo que nos hace disfrutar.
El peligro es que otros nos digan qué es lo importante. Y nos pierde de lo que nosotros necesitamos. No se trata de pelearnos con la mercadotecnia, se trata de aprender a  decidir. Que sea yo el o la que le dé sabor a mí vida.
Otro peligro es que cuando comemos rápido, no nos damos el tiempo de asimilar lo que comemos, y al igual que con el que comía pasteles, no darnos cuenta del sabor, o peor aún, si lo que comemos es bueno para nosotros. Comer rápido ya no me permite discernir y mucho menos decidir.
Vivimos estresados, pensando en el mañana, olvidando que sólo tenemos el hoy.
Personalmente, cuando me doy cuenta de que estoy estresado, y por lo tanto de que estoy viviendo a prisa me he inventado un ejercicio que le llamo: "el efecto turista". Es un ejercicio sencillo que me permite bajarle la velocidad a mi vida para poder saborearla. Consiste en lo siguiente: cuando voy caminando o manejando por algún sitio, imagino que estoy en un lugar desconocido y levanto la mirada tratando de observar los detalles de los espacios por donde paso, buscando cosas nuevas, que no haya visto antes. (A fin de cuentas ¿no eso es lo que cambia cuando estoy de paseo?, mi actitud en ese lugar.) Y pasa algo simpático, siempre termino viendo cosas que no había visto, en alguna ocasión fue un hotel que no me había percatado que lo construyeron, imagina la velocidad a la que ya iba.
Y ese bajar la velocidad me permite ir "mascando" poco a poco lo que pasa frente a mis sentidos. Descubro olores, panoramas, toco las plantas o el suelo. Me doy el permiso de entrar en contacto con lo que me rodea y decidir si me gusta o no.
Cuando vamos tan aprisa tendemos a juzgamos lo que está frente a nosotros y ya no hay aprendizaje, todo se procesa muy rápido bajo parámetros de malo o bueno. No hay análisis, no se saborea.
Bajar la velocidad en tu vida te va a capacitar para decidir con quién quieres estar, en donde quieres estar.
Para qué unido a la razón, elijas las opciones que mejor te convengan.
Aquí te dejo una propuesta, espero te ayude a saborear tú vida.
Te mando un abrazo y recuerda: "el que no veas la salida no quiere decir que no exista, simplemente en este momento no la vez".
Psic. Pablo A. Cocom Marrufo
institutopsicoterapiahumanista@gmail.com

viernes, 22 de febrero de 2013

LAS CARICIAS

En un libro, el autor comenta algo que para mí fue una cachetada de ida y vuelta. Cito: “Nadie permite que le hagan más daño del que está acostumbrado a hacerse a sí mismo”. Uuufffff.
Es decir, que yo pongo la medida. Y de repente eso me obligó a preguntarme, ¿cómo colaboro yo para que me traten como me tratan? Porque es muy fácil señalar al otro como único responsable del trato que me dé. Pero esta frase me sitúa en mi responsabilidad.
Junto con la frase recuerdo lo que una corriente en psicología llamada Análisis Transaccional plantea acerca de “las caricias” que me parece interesante y puede ayudarte a hacer una evaluación del tipo de afecto que recibes o proporcionas.
Cuando generalmente se piensa en una caricia, se suele contemplar como tal el contacto físico como abrazos, roces, besos, etc. Y tienen razón, lo interesante es que este enfoque amplía aún más el concepto caricia.
También consideran como caricia un jalón de cabello, un insulto, un golpe, etc. Y para sustentar tal afirmación proporcionan su definición de caricia y aquí aparece lo más interesante.
Caricia: "toda aquella acción que le confirme al otro que existe para alguien más".Y es que estamos hablando de una necesidad que todo ser humano debe satisfacer, el afecto, pues este nos nutre y nos llena de vida. Somos seres sociales y es indispensable el afecto para poder crecer, para los bebes esto incluye el aspecto físico, pues ayuda a la maduración neurológica.
Entonces caricia puede ser una mirada, una serenata, una flor, un golpe, un insulto, cualquiera de estas formas sea cual fuere la experiencia, le confirma al otro su existencia.
Pero también debemos decir que existen caricias positivas y caricias negativas.
Las caricias positivas nutren a la persona y las negativas no.
Las positivas son como un buen plato de comida sana, y las caricias negativas son como un tazón de frituras. Las primeras nos nutren y las segundas no.
Pero tienen algo en común, las dos opciones pueden quitar el hambre.
Necesitamos ser confirmados y dependiendo del tipo de caricias que acostumbremos recibir esas pediremos.
Es nuestra responsabilidad reconocer que nosotros colaboramos en el proceso de adquisición de esas caricias, cuando ya somos adultos.
Y hoy quiero invitarte a que te apliques la frase del principio. Porque con ella podrás ir conociendo como te tratas a ti mismo(a). No inicies queriendo cambiar cómo te tratan los demás. Inicia cambiando lo que si puedes, cambia el vocabulario que usas cuando fallas en algo, evita decirte insultos. Date el permiso de equivocarte, cuando eso suceda ocúpate en buscar soluciones en vez de sólo enojarte. También observa cómo reaccionas en los momentos en que las cosas no te salen como imaginaste.
Aprende a darte mejores caricias cuidándote y dandote respeto, y como consecuencia de ese acto de responsabilidad, seguramente empezarás a generar un ambiente más positivo a tu alrededor.
Te mando un abrazo y recuerda: “El que no veas la salida, no quiere decir que no exista. Simplemente no las ves en ese momento.”
Psic. Pablo A. Cocom Marrufo M. P. H.

viernes, 15 de febrero de 2013

LAS CREENCIAS QUE NOS LIMITAN

Un hombre se hallaba en el tejado de su casa durante unas inundaciones y el agua le llegaba a los pies.
Poco después, pasó un individuo remando en una canoa y le gritó:
- “¡Oiga! ¿Quiere que le lleve a un sitio más alto?”.
- “No, gracias - replicó el hombre -. Tengo fe en el Señor y Él me salvará”.
Pasó el tiempo, y el agua le llegaba al hombre hasta la cintura. Entonces pasó por allí una lancha de motor.
- “¿Quiere que le lleve a un sitio más alto?” - gritó el que la llevaba.
- “No, gracias - respondió el hombre -. Tengo fe en el Señor y Él me salvará”.
Más tarde, cuando el nivel del agua le llegaba hasta al cuello del individuo, llegó un helicóptero.
- “¡Cójase a la cuerda - gritó el piloto -. Yo le subiré”.
- “No, gracias - dijo el hombre por tercera vez -. Tengo fe en el Señor y Él me salvará”.
Desconcertado, el piloto dejó a aquel hombre en el tejado, casi cubierto por las aguas. Después de haber pasado horas allí, el pobre hombre no pudo resistir más, se ahogó y fue a recibir su recompensa.
Mientras aguardaba en las puertas del Paraíso, se halló frente al Creador y se quejó de lo ocurrido:
- “Señor - le dijo -, yo tenía total fe en que Tú me salvarías y me abandonaste.¿Por qué?”
A lo cual le replicó el Señor: - “¿Qué más quieres? ¡Te mandé dos lanchas y un helicóptero”.

Existe un tipo de idea que impide nuestro crecimiento. De manera genérica se llama "Creencia Limitante".
Esta idea tiene la particularidad de mostrarnos el mundo de UNA manera. Nuestra manera. Y la consecuencia para este tipo de ideas es que desaparece cualquier otro tipo de opción.
Tal como el cuentecito nos muestra. Hay una necesidad muy clara, salvarse de morir ahogado. Pero para la persona sólo existe una sola forma de conseguir cubrir esa necesidad. Las oportunidades se le presentan, pero no las registra como tal. Más aún, puede ser motivo de mostrar una "fidelidad" equivocada a algo o alguien.
La mejor manera de identificar que existe una creencia limitante, es a través de ese malestar que aparece cuando el tiempo pasa y las cosas no ocurren como “tú esperabas”. Ese malestar se llama FRUSTRACIÓN. Y la frustración es una emoción que nos indica que estamos por el camino equivocado. Que nos estamos cerrando a las opciones, que estamos perdiendo flexibilidad y creatividad.
Como dice un refrán (y/o canción): “caminante no hay camino, se hace camino al andar”. No existen las soluciones a los problemas, cada quien de acuerdo a sus características, a su situación, contexto, etc. Deberá inventar y crear esas soluciones para su situación particular.
Pero para poder tener un buen inicio en la búsqueda de esas opciones es importante que dejes de aferrarte a la idea de que sólo existe una solución, de que sólo de una manera podrás lograr lo que quieres.
Pues otra posible consecuencia es que  empezarán a llegarte otras emociones como rabia, coraje y tal vez depresión.
Hazle caso a tus emociones y busca otras opciones. Todavía tienes tiempo de evitar ahogarte.
Te mando un abrazo y recuerda: “El que no veas la salida, no quiere decir que no exista. Simplemente no la ves en este momento”.
Psic. Pablo A. Cocom Marrufo M. P. H.

viernes, 8 de febrero de 2013

EL MEJOR PAPÁ (O MAMÁ) DEL MUNDO

Historia 1
Había una vez un padre de familia que quería mucho a sus hijos, se esmeraba en darles lo mejor que podía tanto en el aspecto afectivo como en lo económico.
Este padre (o madre) tenía una costumbre sagrada, después de la comida acostumbraba dormir una siesta estuviera donde estuviera y de ella dependía su bienestar físico y emocional, pues ya era una costumbre.
Un día, uno de sus hijos acababa de recibir una pelota de regalo y emocionado quería jugar con su papá, de tal forma que fue a verlo cuando éste estaba a punto de tomar su sagrada siesta y el papá se puso en pensar en qué sería lo mejor, dedicar un tiempo a su hijo o dormir la siesta; decidió levantarse esa tarde y jugar a la pelota con su hijo, lo cual hizo muy feliz a su hijo y a él.

Historia 2
Había una vez un padre de familia que quería mucho a sus hijos, se esmeraba en darles lo mejor que podía tanto en el aspecto afectivo como en lo económico.
Este padre (o madre) tenía una costumbre sagrada, después de la comida acostumbraba dormir una siesta, estuviera donde estuviera y de ella dependía su bienestar físico y emocional, pues ya era una costumbre.
Un día, uno de sus hijos acababa de recibir una pelota de regalo y emocionado quería jugar con su papá, de tal forma que fue a verlo cuando éste estaba a punto de acostarse a la sagrada siesta y el papá se puso en pensar en qué sería lo mejor, dedicar un tiempo a su hijo o dormir la siesta; decidió que necesitaba descansar, y de manera clara y serena le explicó a su hijo lo que pasaba, le prometió que jugarían en otro momento y se lo cumplió.


Para ser un buen padre o buena madre no existen recetas mágicas. Más aún, a medida que encasillamos el concepto de buen padre/madre, corremos el riesgo de equivocarnos, pues nos volvemos rígidos.
Podemos decir que para acercarnos a la idea de “buenos padres” es necesario seguir ciertos parámetros y no recetas. Algunos de estos parámetros son:
1.    PIENSA tu decisión, para que tu acción sea adecuada y no motivada únicamente por una emoción. Pues cada situación tiene su contexto y sus necesidades específicas.
2.    Se coherente entre lo que piensas, dices y haces. Eso te dará la consistencia necesaria para que tu hijo te pueda entender.
3.    CUMPLE LO QUE PROMETES. Para eso debes de haber hecho bien el paso 1. Pues si hablas sin pensar, prometerás cosas que luego difícilmente cumplirás.
4.    Las mejores decisiones sin dudarlo, son aquellas en las que se busca satisfacer de manera equilibrada las necesidades de ambos. Basadas en el amor y respeto.
5.    Reconocer que es mi DECISIÓN lo que hace la diferencia. Cuando yo soy el que decide amar y entregarme a ese amor (en equilibrio, como mencionaba anterior mente sin olvidarme de mí como persona) lo hago sin molestia, por convicción. Porque he decidido darme a mis hijos.

Te mando un abrazo y recuerda."El que no veas la salida, no quiere decir que no existe, simplemente nola ves en este momento".
Psic. Pablo Cocom Marrufo


lunes, 4 de febrero de 2013

CÓMO SUPERAR LA INFIDELIDAD

La infidelidad es un evento que toma por sorpresa a la persona. En ocasiones con cierta conciencia de ella, en otras totalmente inesperada. Sea como fuere es un evento doloroso y que genera confusión e incertidumbre en la persona a la que le fueron infiel.
Parte de esta incertidumbre surge como consecuencia de la pérdida de la confianza en la relación.
Paralelamente surge una desconfianza en si mismos, en su capacidad de ver, sentir, darse cuenta de lo que ocurre a su alrededor. Desde mi punto de vista, esta es una de las partes más difíciles al vivir una infidelidad, la desconfianza en las propias capacidades.
En ocasiones, en un intento de recuperar esa confianza en la relación, se le exige al infiel una serie de requisitos a seguir, lo cual no lo considero negativo, lo peligroso es poner toda la responsabilidad en el otro, en lo que el otro hace.
Es peligroso porque en ese momento me excluyo de la relación. Y no es la infidelidad el evento más importante para pensar en automático en una separación o divorcio. Porque incluso, a pesar de la infidelidad podemos aprender a perdonar.
Tenemos que entender que la relación es de dos y cada uno colabora en el proceso de éxito o fracaso. La infidelidad es la consecuencia de un proceso, en donde se han dejado de cuidar las formas, los espacios, los tiempos.
Y para sanar la infidelidad es importante poder darme cuenta de como me siento yo en la relación. Es es el parámetro principal, mi conciencia de bienestar o malestar. Al tener esa conciencia evito hacerme a un lado en la relación. Porque desde este punto tengo la posibilidad de decidir si junto con el otro podemos retomar la relación o no.
Algunos ejemplos de preguntas que pueden ayudar a este discernimiento son: ¿cómo me siento yo?, pero no responder sólo desde la emoción, si no desde el análisis emocional y racional. Donde esa pregunta me llevará a hacer otras preguntas como: ¿quien soy yo en la relación? ¿Esta relación me ayuda a crecer, a ser mejor persona? ¿En esta relación crecemos los dos? Porque de no crecer los dos (y no tiene que ser al mismo ritmo) uno se convierte en obstáculo del otro. ¿Cuál es nuestro proyecto de pareja?, etc.
Pueden haber perdido el rumbo y darse cuenta a través de este evento que se han olvidado de crecer. Pero recuerda no responsabilizar al otro de todo y estar esperando que la otra persona cambie o haga algo y "todo sea más fácil". Una parte de la responsabilidad es tuya, necesitas saber cómo te sientes tú, hacer tu proceso de reflexión interior para que cuando tomes una decisión estés dispuesto o dispuesta, a asumir las consecuencias de esa decisión.
Espero que esto pueda ayudar.
Te mando un abrazo y recuerda.
"El que no veas la salida, no quiere decir que no existe. Simplemente no la ves en este momento".
Pablo Cocom Marrufo
institutopsicoterapiahumanista@gmail.com

viernes, 25 de enero de 2013

SUPERAR MI DUELO


Mis queridos lectores, hoy 25 de enero 2013 es un día especial para mí y mi familia. Recordamos con alegría que fuimos bendecidos durante 7 años con la presencia de un ángel. Me preciosa Paulina, hoy cumpliría 12 años.
Escribir esto es todo un reto, son 5 años de su regreso al Padre. Y escribo con el fin de que mis vivencias puedan alentar a otras personas a pasar sus propios duelos.
Es una vivencia que da para mucho pues la puedo plantear desde la relación de pareja, la relación con los hijos y hablarle de esto ellos, la relación con los demás. Pero me centrare en mi vivencia y como he ido superando su partida. Pues hoy celebramos la vida, no la muerte.
El primer choque con la realidad fue duro, el procesar y entender que ya no estaría a mi lado, el darme cuenta que todos los sueños ya no serían realidad me golpeó, me noqueó.
Vinieron a mi mente muchas preguntas, muchos porqués, sentía que era una especie de castigo (como si Dios castigara), ¿porque a mí? Sumido en el dolor y las emociones.
Después de pasado un tiempo es cuando me reto a mi mismo a utilizar las herramientas que propongo en el consultorio. Se supone que creo en ellas, me dije, pues hay que usarlas.
Lo primero que enseño siempre es a escucharse, escuchar el cuerpo y escuchar las ideas a través de lo que pienso y las imágenes que aparecen en mi cabeza.
De lo primero que me doy cuenta es precisamente lo que escribía arriba, mi visión de la muerte. ¿Es un castigo? ¡Eso estoy pensando!. El darme cuenta de esto me dio la posibilidad de trabajar en esa idea y cambiarla. Pues mis ideas son parte de mi filosofía de vida y no quería seguir con ese concepto de la muerte.
Otro aspecto que descubro es que me estoy haciendo preguntas que no tienen respuesta, preguntas que por su manera de plantearlas no me permiten tomar el control de mis decisiones; de mi vida. Pues al utilizar el “¿porqué?”, solo racionalizamos. Las respuestas a preguntas con porqué buscan razones, y la muerte es. Simplemente es, depende de nuestra visión de ella.
Fue entonces cuando decidí utilizar el “¿para qué?”, el para qué me ayuda a tomar las riendas de mi vida, a decidir de qué manera voy a enfrentar esa situación que me duele. El para qué te ayudará a que tú le des un significado que te ayude a crecer.
El riesgo de no trabajar el dolor es que se convierta en sufrimiento.
El dolor es algo natural (otra idea que tuve que asimilar) y termina, en cambio el sufrimiento es algo que me origino, algo que yo me hago recordando lo más doloroso de las escenas dolorosas. Por eso es importante saber que las ideas las controlo yo, al principio reconozco que es difícil, pero cuando confío y creo en esto soy dueño de mí. Me convierto en una persona integrada, mente y corazón trabajan en equipo para superar las dificultades.
También me di permiso de llorar, incluso aprendí a llorar y llorar frente a mí esposa, a mis hijos y no tener miedo a expresar mis emociones. Compartir la emoción no es sólo  “vomitarla”, porque de esa manera dejo en duda al que me acompaña. Compartir una emoción es dejarme llorar y luego expresar lo que siento y pienso, para que de esa manera (hijos, esposa) supieran que pasa con migo y no crear fantasía, pues sólo yo sé lo que me pasa.
Ciertamente llorar no resuelve nada, pero me dispone física y psicológicamente para que busque soluciones.
Te comparto estas estrategias, unas del orden racional y otras del orden emocional. Son importantes las dos, pues de esta manera logro un equilibrio en mi persona.
Puedo compartir con gusto que me siento en paz, todavía suelo llorar, pero un llorar diferente, es esporádico y lo asumo como la herida que ha cicatrizado pero todavía está recién cerrada.
Recuerda, evita los ¿Por qué?, permítete llorar y compartir lo que te pasa, pidiendo incluso apoyo (no que te quiten la emoción, eso es imposible, la emoción es nuestra mejor brújula para saber cómo voy en ese camino), en lo que te puedan ayudar.
No importa a quien hayas perdido o cómo haya sido, lo que importa es trabajar los aspectos mencionados, para que seas dueño de tu vida.
El que te deje de doler no quiere decir que has olvidado a esa persona.
Y sin lugar a duda, en mi caso, el aspecto espiritual, mi fe puesta en ÉL.

Te mando un abrazo y recuerda, “Si en este momento no encuentras la salida, no quiere decir que no exista, simplemente en este momento no la ves” No dejes de buscar.
Pablo A. Cocom Marrufo
institutopsicoterpiahumanista@gmail.com

viernes, 18 de enero de 2013

La Zona Intermedia

Fritz Perls el que desarrolla la Guestalt como terapia habla de que tenemos tres zonas. La interna, la externa y la intermedia o zona de la fantasía, pero a él le gustaba llamarla “la prostituta de la mente” (y personalmente creo que tenía razón).
Estas zonas las plantea él como parte del darse cuenta, elemento indispensable para poder conocernos y diferenciarnos del ambiente en el que nos movemos. Las describo a continuación:
a) El darse cuenta del mundo o zona externa
Se relaciona con el contacto sensorial. Nos permite ponernos en contacto con los objetos y acontecimientos del mundo que nos rodea, de todo aquello que está fuera y de lo que ocurre más allá de nuestra piel. "Yo veo, toco, oigo, huelo,..."; "yo percibo, aquí y ahora,..."
b) El darse cuenta de sí mismo o zona interna
Comprende todas aquellas sensaciones y sentimientos que ocurren dentro de nosotros. Nos permite ponernos en contacto con nosotros mismos. "Yo siento, me siento..."; "yo siento, aquí y ahora,..."
c) El darse cuenta de la fantasía o zona intermedia
Incluye toda la actividad mental (pensar, imaginar, recordar, planificar,...). Nos permite ponernos en contacto con nuestras fantasías. "Yo pienso, imagino, recuerdo, deseo,..."; "yo pienso, aquí y ahora,..."
Hoy quiero enfocarme en esta última y su influencia en la toma de decisiones. Pues muchas veces se presenta en este momento y puede generar consecuencias devastadoras.
Por su naturaleza la zona intermedia, como ya describí, nos lleva a imaginar, recordar. Y al imaginar que pudiera ocurrir y recordar situaciones pasadas nos pueden paralizar e impedir hacer algo por nosotros.
Por eso apoyo la idea de llamarle, la chica fácil de la mente. Pues si no tenemos cuidado al momento de tomar decisiones podemos CREER que estamos razonando, usando la lógica, y tomando decisiones de la mejor manera. Cuando en realidad lo que ocurre es que estamos en la zona intermedia, teniendo pensamientos parecidos al siguiente: "esto ya me paso antes mejor me protejo haciendo esto..." Que traducido a un ejemplo puede sonar así: "me gusta, pero todos los hombres son iguales". "A las mujeres ni todo el amor ni todo el dinero". Etc, etc. Y sin darnos cuenta, prostituimos nuestra mente, nuestro pensamiento, con miedos que ocurrieron, con fantasías que no sé si serán. Pero en la zona intermedia TODO es posible, pues es mi imaginación la que construye, y término dictándome las mismas malas soluciones de siempre.
Es una habilidad de la mente el poder planear, adelantarnos a los eventos, pero cuando los usamos en exceso y creyendo que estamos razonando, nos perdemos del camino, nos lleva a no saber de nosotros. Y lo podemos identificar porque cuando planteamos alguna solución usamos el creo, “creo que puede ser por esto…”, “creo que esta es la solución…”, “a lo mejor aquello…”, “tal vez…”. Y no sabemos de nosotros, no encontramos soluciones, únicamente tenemos más hipótesis que no confunden y distraen.
Cuando tengas duda afírmalo, lo que planteaste como una hipótesis, como un tal vez, afírmalo y escucha como se siente en tu cuerpo, ¿se siente como verdadero o como falso? Eso es estar en equilibrio, razón y emoción juntas.
Ten cuidado y toma conciencia de que tanto usas tu zona intermedia.

Te mando un abrazo y recuerda que: "el que no veas la salida, no quiere decir que no exista. Simplemente no la ves en este momento"
Pablo A. Cocom Marrufo
institutopsicoterapiahumanista@gmail.com

sábado, 12 de enero de 2013

Y tú ¿a dónde vas?


Seguramente al momento en el que leas esté escrito dejaras de hacer algo y luego cuando termines harás algo más. La actividad es parte del ser humano.
Sin embargo, la actividad por la actividad  no es positiva. Y por eso hoy me atrevo a hacerte algunas preguntas, ¿Para qué? ¿Para qué haces todo eso? ¿Cuál es tu objetivo?
Muchas veces tenemos objetivos claros en nuestra vida, sabemos que metas queremos alcanzar, pero  ¿te has puesto a revisar esas metas y eso que le da sentido a tus metas y tú vida? Porque por muy motivantes que sean, pueden tener fallas y en algún momento clave corres el riego de meterte en crisis.
Un criterio que te puedo proporcionar para que evalúes si tus metas están bien enfocadas; es el siguiente:
·         Poner nuestro sentido de vida en algo o alguien que está fuera de nosotros genera crisis tarde o temprano.
Algunos ejemplos de esto pueden ser:
Cuando ponemos en los hijos toda nuestra fuerza y esperanza para que salgan adelante en la vida, pero nos olvidamos de nosotros como personas, o como parejas. Cuando agradecidos queremos devolverles a nuestros padres algo de lo que hicieron por nosotros y en eso centramos toda nuestra vida. O cuando perseguimos un título porque creemos que al tenerlo vamos a obtener aquello que nos hace falta para triunfar.
Pueden ser mucho los ejemplos y nos es que el cuidar a los hijos,  querer darles a nuestros padres, estar con la persona amada u obtener un título esté mal. Lo negativo es olvidarse de nosotros.
Tener una pareja, tener hijos, obtener un título, cuidar de los padres debe ser parte de un plan que te lleve a ser mejor cada día, y que cada uno de los roles que desempeñas (madre, padre, hijo, esposo, esposa, etc) te ayuden a desarrollar el potencial que traes dentro pues esta es una empresa que no termina, para que de esta manera puedas realizarte y la felicidad que sientas puedas transmitirla a los que te rodean.
Hay otro elemento indispensable para que tus metas no fracasen, pero en esta ocasión sólo mencionaré, pues por sí mismo es todo un tema.
·         Es indispensable que sepas manejar el dolor, la pérdida, el fracaso. Pues son un ingrediente indispensable en nuestra vida y muchas veces es el motor que nos mueve a cambiar. Pero tienes que entenderlo así, de otra manera el riesgo es quedarte ahí.
Vivimos en un mundo que corre muy rápido y que nos quiere imponer muchos estereotipos, sólo si tienes clara tu meta en la vida, es decir en tu trascendencia en tu crecimiento podrás evitar perder ese sentido.
Decía Abraham Maslow, “Si hicieras todo lo posible por no crecer, te aseguro que llegará un momento en que te sientas completamente infeliz”.

Te mando un abrazo y recuerda: “el hecho de que no encuentres la salida no quiere decir que no exista, simplemente no la ves en este momento”.
Cualquier comentario o petición te puedes dirigir  a: institutopsicoterapiahumanista@gmail.com

miércoles, 9 de enero de 2013

El Postergar


Postergar en una habilidad de las muchas que tenemos para enfrentar los retos que tenemos.
Nos permite pensar las cosas antes de actuar, nos ayuda a digerir acontecimientos antes de emitir un juicio o una acción.
 Es una buena práctica cuando es utilizada en buena medida, pues de otra manera vamos acumulando y acumulando asuntos sin concluir y llegará un momento en que estos asuntos nos pasen la factura de todo lo que no hemos resuelto en nuestra vida. Incluso a nivel corporal (enfermedad).
Podemos darnos cuenta de que existe un asunto inconcluso por que los sentimientos y las emociones nos avisan con “un golpe emotivo” al momento de vivir una experiencia similar a aquella que está inconclusa.
Pero en muchas ocasiones (y miren que lo he visto muchas veces en el consultorio) el recurso es negar que la emoción nos está avisando.
Alguna persona me cuenta de una situación y reacciona con mucha cólera, enojo o cualquier otra emoción que lo transforma, y acto seguido comentan, “pero eso ya pasó, lo pasado; pasado está”. Casi con la boca abierta pregunto: ¿te das cuenta de lo que me dices? ¿Te das cuenta cómo acabas de encerrar esa emoción y acabas de negarte la oportunidad de poder iniciar el proceso de cicatrización de una herida?
Presta atención a tus emociones y al momento en que se presentan, te pueden estar indicando que hay un asunto que no has concluido y mientras más pronto lo atiendas más libre serás.

Te mando un abrazo y recuerda que: “siempre hay una salida, el hecho de que no la veas en este momento, no quiere decir que no exista. Tan sólo no la vez”.