viernes, 22 de febrero de 2013

LAS CARICIAS

En un libro, el autor comenta algo que para mí fue una cachetada de ida y vuelta. Cito: “Nadie permite que le hagan más daño del que está acostumbrado a hacerse a sí mismo”. Uuufffff.
Es decir, que yo pongo la medida. Y de repente eso me obligó a preguntarme, ¿cómo colaboro yo para que me traten como me tratan? Porque es muy fácil señalar al otro como único responsable del trato que me dé. Pero esta frase me sitúa en mi responsabilidad.
Junto con la frase recuerdo lo que una corriente en psicología llamada Análisis Transaccional plantea acerca de “las caricias” que me parece interesante y puede ayudarte a hacer una evaluación del tipo de afecto que recibes o proporcionas.
Cuando generalmente se piensa en una caricia, se suele contemplar como tal el contacto físico como abrazos, roces, besos, etc. Y tienen razón, lo interesante es que este enfoque amplía aún más el concepto caricia.
También consideran como caricia un jalón de cabello, un insulto, un golpe, etc. Y para sustentar tal afirmación proporcionan su definición de caricia y aquí aparece lo más interesante.
Caricia: "toda aquella acción que le confirme al otro que existe para alguien más".Y es que estamos hablando de una necesidad que todo ser humano debe satisfacer, el afecto, pues este nos nutre y nos llena de vida. Somos seres sociales y es indispensable el afecto para poder crecer, para los bebes esto incluye el aspecto físico, pues ayuda a la maduración neurológica.
Entonces caricia puede ser una mirada, una serenata, una flor, un golpe, un insulto, cualquiera de estas formas sea cual fuere la experiencia, le confirma al otro su existencia.
Pero también debemos decir que existen caricias positivas y caricias negativas.
Las caricias positivas nutren a la persona y las negativas no.
Las positivas son como un buen plato de comida sana, y las caricias negativas son como un tazón de frituras. Las primeras nos nutren y las segundas no.
Pero tienen algo en común, las dos opciones pueden quitar el hambre.
Necesitamos ser confirmados y dependiendo del tipo de caricias que acostumbremos recibir esas pediremos.
Es nuestra responsabilidad reconocer que nosotros colaboramos en el proceso de adquisición de esas caricias, cuando ya somos adultos.
Y hoy quiero invitarte a que te apliques la frase del principio. Porque con ella podrás ir conociendo como te tratas a ti mismo(a). No inicies queriendo cambiar cómo te tratan los demás. Inicia cambiando lo que si puedes, cambia el vocabulario que usas cuando fallas en algo, evita decirte insultos. Date el permiso de equivocarte, cuando eso suceda ocúpate en buscar soluciones en vez de sólo enojarte. También observa cómo reaccionas en los momentos en que las cosas no te salen como imaginaste.
Aprende a darte mejores caricias cuidándote y dandote respeto, y como consecuencia de ese acto de responsabilidad, seguramente empezarás a generar un ambiente más positivo a tu alrededor.
Te mando un abrazo y recuerda: “El que no veas la salida, no quiere decir que no exista. Simplemente no las ves en ese momento.”
Psic. Pablo A. Cocom Marrufo M. P. H.

viernes, 15 de febrero de 2013

LAS CREENCIAS QUE NOS LIMITAN

Un hombre se hallaba en el tejado de su casa durante unas inundaciones y el agua le llegaba a los pies.
Poco después, pasó un individuo remando en una canoa y le gritó:
- “¡Oiga! ¿Quiere que le lleve a un sitio más alto?”.
- “No, gracias - replicó el hombre -. Tengo fe en el Señor y Él me salvará”.
Pasó el tiempo, y el agua le llegaba al hombre hasta la cintura. Entonces pasó por allí una lancha de motor.
- “¿Quiere que le lleve a un sitio más alto?” - gritó el que la llevaba.
- “No, gracias - respondió el hombre -. Tengo fe en el Señor y Él me salvará”.
Más tarde, cuando el nivel del agua le llegaba hasta al cuello del individuo, llegó un helicóptero.
- “¡Cójase a la cuerda - gritó el piloto -. Yo le subiré”.
- “No, gracias - dijo el hombre por tercera vez -. Tengo fe en el Señor y Él me salvará”.
Desconcertado, el piloto dejó a aquel hombre en el tejado, casi cubierto por las aguas. Después de haber pasado horas allí, el pobre hombre no pudo resistir más, se ahogó y fue a recibir su recompensa.
Mientras aguardaba en las puertas del Paraíso, se halló frente al Creador y se quejó de lo ocurrido:
- “Señor - le dijo -, yo tenía total fe en que Tú me salvarías y me abandonaste.¿Por qué?”
A lo cual le replicó el Señor: - “¿Qué más quieres? ¡Te mandé dos lanchas y un helicóptero”.

Existe un tipo de idea que impide nuestro crecimiento. De manera genérica se llama "Creencia Limitante".
Esta idea tiene la particularidad de mostrarnos el mundo de UNA manera. Nuestra manera. Y la consecuencia para este tipo de ideas es que desaparece cualquier otro tipo de opción.
Tal como el cuentecito nos muestra. Hay una necesidad muy clara, salvarse de morir ahogado. Pero para la persona sólo existe una sola forma de conseguir cubrir esa necesidad. Las oportunidades se le presentan, pero no las registra como tal. Más aún, puede ser motivo de mostrar una "fidelidad" equivocada a algo o alguien.
La mejor manera de identificar que existe una creencia limitante, es a través de ese malestar que aparece cuando el tiempo pasa y las cosas no ocurren como “tú esperabas”. Ese malestar se llama FRUSTRACIÓN. Y la frustración es una emoción que nos indica que estamos por el camino equivocado. Que nos estamos cerrando a las opciones, que estamos perdiendo flexibilidad y creatividad.
Como dice un refrán (y/o canción): “caminante no hay camino, se hace camino al andar”. No existen las soluciones a los problemas, cada quien de acuerdo a sus características, a su situación, contexto, etc. Deberá inventar y crear esas soluciones para su situación particular.
Pero para poder tener un buen inicio en la búsqueda de esas opciones es importante que dejes de aferrarte a la idea de que sólo existe una solución, de que sólo de una manera podrás lograr lo que quieres.
Pues otra posible consecuencia es que  empezarán a llegarte otras emociones como rabia, coraje y tal vez depresión.
Hazle caso a tus emociones y busca otras opciones. Todavía tienes tiempo de evitar ahogarte.
Te mando un abrazo y recuerda: “El que no veas la salida, no quiere decir que no exista. Simplemente no la ves en este momento”.
Psic. Pablo A. Cocom Marrufo M. P. H.

viernes, 8 de febrero de 2013

EL MEJOR PAPÁ (O MAMÁ) DEL MUNDO

Historia 1
Había una vez un padre de familia que quería mucho a sus hijos, se esmeraba en darles lo mejor que podía tanto en el aspecto afectivo como en lo económico.
Este padre (o madre) tenía una costumbre sagrada, después de la comida acostumbraba dormir una siesta estuviera donde estuviera y de ella dependía su bienestar físico y emocional, pues ya era una costumbre.
Un día, uno de sus hijos acababa de recibir una pelota de regalo y emocionado quería jugar con su papá, de tal forma que fue a verlo cuando éste estaba a punto de tomar su sagrada siesta y el papá se puso en pensar en qué sería lo mejor, dedicar un tiempo a su hijo o dormir la siesta; decidió levantarse esa tarde y jugar a la pelota con su hijo, lo cual hizo muy feliz a su hijo y a él.

Historia 2
Había una vez un padre de familia que quería mucho a sus hijos, se esmeraba en darles lo mejor que podía tanto en el aspecto afectivo como en lo económico.
Este padre (o madre) tenía una costumbre sagrada, después de la comida acostumbraba dormir una siesta, estuviera donde estuviera y de ella dependía su bienestar físico y emocional, pues ya era una costumbre.
Un día, uno de sus hijos acababa de recibir una pelota de regalo y emocionado quería jugar con su papá, de tal forma que fue a verlo cuando éste estaba a punto de acostarse a la sagrada siesta y el papá se puso en pensar en qué sería lo mejor, dedicar un tiempo a su hijo o dormir la siesta; decidió que necesitaba descansar, y de manera clara y serena le explicó a su hijo lo que pasaba, le prometió que jugarían en otro momento y se lo cumplió.


Para ser un buen padre o buena madre no existen recetas mágicas. Más aún, a medida que encasillamos el concepto de buen padre/madre, corremos el riesgo de equivocarnos, pues nos volvemos rígidos.
Podemos decir que para acercarnos a la idea de “buenos padres” es necesario seguir ciertos parámetros y no recetas. Algunos de estos parámetros son:
1.    PIENSA tu decisión, para que tu acción sea adecuada y no motivada únicamente por una emoción. Pues cada situación tiene su contexto y sus necesidades específicas.
2.    Se coherente entre lo que piensas, dices y haces. Eso te dará la consistencia necesaria para que tu hijo te pueda entender.
3.    CUMPLE LO QUE PROMETES. Para eso debes de haber hecho bien el paso 1. Pues si hablas sin pensar, prometerás cosas que luego difícilmente cumplirás.
4.    Las mejores decisiones sin dudarlo, son aquellas en las que se busca satisfacer de manera equilibrada las necesidades de ambos. Basadas en el amor y respeto.
5.    Reconocer que es mi DECISIÓN lo que hace la diferencia. Cuando yo soy el que decide amar y entregarme a ese amor (en equilibrio, como mencionaba anterior mente sin olvidarme de mí como persona) lo hago sin molestia, por convicción. Porque he decidido darme a mis hijos.

Te mando un abrazo y recuerda."El que no veas la salida, no quiere decir que no existe, simplemente nola ves en este momento".
Psic. Pablo Cocom Marrufo


lunes, 4 de febrero de 2013

CÓMO SUPERAR LA INFIDELIDAD

La infidelidad es un evento que toma por sorpresa a la persona. En ocasiones con cierta conciencia de ella, en otras totalmente inesperada. Sea como fuere es un evento doloroso y que genera confusión e incertidumbre en la persona a la que le fueron infiel.
Parte de esta incertidumbre surge como consecuencia de la pérdida de la confianza en la relación.
Paralelamente surge una desconfianza en si mismos, en su capacidad de ver, sentir, darse cuenta de lo que ocurre a su alrededor. Desde mi punto de vista, esta es una de las partes más difíciles al vivir una infidelidad, la desconfianza en las propias capacidades.
En ocasiones, en un intento de recuperar esa confianza en la relación, se le exige al infiel una serie de requisitos a seguir, lo cual no lo considero negativo, lo peligroso es poner toda la responsabilidad en el otro, en lo que el otro hace.
Es peligroso porque en ese momento me excluyo de la relación. Y no es la infidelidad el evento más importante para pensar en automático en una separación o divorcio. Porque incluso, a pesar de la infidelidad podemos aprender a perdonar.
Tenemos que entender que la relación es de dos y cada uno colabora en el proceso de éxito o fracaso. La infidelidad es la consecuencia de un proceso, en donde se han dejado de cuidar las formas, los espacios, los tiempos.
Y para sanar la infidelidad es importante poder darme cuenta de como me siento yo en la relación. Es es el parámetro principal, mi conciencia de bienestar o malestar. Al tener esa conciencia evito hacerme a un lado en la relación. Porque desde este punto tengo la posibilidad de decidir si junto con el otro podemos retomar la relación o no.
Algunos ejemplos de preguntas que pueden ayudar a este discernimiento son: ¿cómo me siento yo?, pero no responder sólo desde la emoción, si no desde el análisis emocional y racional. Donde esa pregunta me llevará a hacer otras preguntas como: ¿quien soy yo en la relación? ¿Esta relación me ayuda a crecer, a ser mejor persona? ¿En esta relación crecemos los dos? Porque de no crecer los dos (y no tiene que ser al mismo ritmo) uno se convierte en obstáculo del otro. ¿Cuál es nuestro proyecto de pareja?, etc.
Pueden haber perdido el rumbo y darse cuenta a través de este evento que se han olvidado de crecer. Pero recuerda no responsabilizar al otro de todo y estar esperando que la otra persona cambie o haga algo y "todo sea más fácil". Una parte de la responsabilidad es tuya, necesitas saber cómo te sientes tú, hacer tu proceso de reflexión interior para que cuando tomes una decisión estés dispuesto o dispuesta, a asumir las consecuencias de esa decisión.
Espero que esto pueda ayudar.
Te mando un abrazo y recuerda.
"El que no veas la salida, no quiere decir que no existe. Simplemente no la ves en este momento".
Pablo Cocom Marrufo
institutopsicoterapiahumanista@gmail.com