lunes, 21 de marzo de 2011

La ansiedad al educar a los hijos

Gracias por sus comentarios que han dirigido al mail, institutopsicoterapiahumanista@gmail.com  y obedeciendo a sus peticiones seguiré escribiendo acerca del tema de la educación de los hijos que en verdad preocupa a los padres de hoy.
Hoy quiero escribir acerca de la ansiedad al educar a los hijos, porque creo que es un estado de ánimo que afecta seriamente la toma de decisiones y la relación padres-hijos.
La ansiedad es un estado de ánimo que altera la percepción, es decir, el cómo vemos lo que ocurre en nuestro entorno y suele acompañarse de muchos temores.
Cuando doy alguna plática a los padres de familia es casi matemático que alguno hará el siguiente comentario, “eso que dices es muy fácil decirlo, pero no conoces a mi hijo. Ya lo he intentado todo”. Este comentario es un indicador de una relación en donde existe ya mucho desgaste emocional de las dos partes.
Y es que la frustración hace mella en cualquier relación en ocasiones incluso, lleva a muchos papás a “coquetear” con la idea de no haber tenido hijos o “tirar la toalla” en el caso de los adolescentes.
Porque está tan viciada la comunicación que se pierde la perspectiva y ya no pueden darse cuenta de lo que está saliendo mal, la angustia nos hace subir las expectativas a lo que esperamos que ocurra y eso nos lleva a la frustración; pues no ocurre lo que yo quería y en el tiempo que deseaba.
La ansiedad nos impide ver lo obvio; lo que ya se ha vuelto costumbre en la relación, por ejemplo:
-que no tenemos consistencia, decimos las cosas muchas veces y no existe una consecuencia a los actos de nuestros hijos (consecuencia, no castigo necesariamente).
-que no somos específicos en lo que pedimos, quiero que hagas tu tarea, ¿cuándo?, ¿a qué hora?, ¿Dónde?, ¿cuánto tiempo?
-que ya sólo damos órdenes negativas como “no vayas a tocar eso…” en vez de hacerlo en positivo. “Tócalo con cuidado hijo, así mira…”
-que esperamos que el niño o el adolescente cambie y nosotros no. Muchas veces me he dado cuenta que los papás esperan que sus hijos cambien las conductas que ellos quieren, pero ellos mismos no están dispuestos a modificar su estrategia para pedirlas cosas, a jerarquizar actividades y suspender una si en ese momento es necesario hablarle con claridad al niño, por ejemplo ir en el auto y detenernos para que el berrinche no siga  o el pleito con el hermano, aunque lleguemos un poco tarde a dando fuéramos. Es importante que como papás podamos jerarquizar.
Detente y piensa en las opciones que puedes tomar para enfrentar un problema, no esperes a que el  berrinche, por ejemplo, se haga más grande, para y toma alguna acción. Por ejemplo  en tiempo fuera. Tiempo fuera es una estrategia que consiste en dejar al niño frente a una pared durante 3 o 5 minutos, una vez que se haya cumplido el tiempo se le permite seguir con sus actividades. No tenemos que regañar ni pegar, si lo utilizamos bien funciona perfectamente.
Saludos y un abrazo cordial.

No hay comentarios: