domingo, 13 de marzo de 2011

Cómo ayudar a la autoestima de nuestros hijos

Si queremos fomentar una sana autoestima en nuestros retoños, debemos recordar un principio que a continuación mencionaré y describiré.
“Somos espejos de nuestros hijos”
Los seres humanos nacemos con una gran tarea que debemos cumplir en los primeros años de nuestra vida y que en la adolescencia debería concretarse, la de DEFINIR MI IDENTIDAD. Saber con toda certeza quién soy, para que posteriormente pueda responder otras preguntas existenciales como a qué me quiero dedicar, etc.
Y es que de los cero hasta los 11 años aproximadamente, nuestros hijos no tienen la capacidad para verse a sí mismos, esto debido a un proceso normal de desarrollo y maduración.
En estos primeros 11 años de vida y más en los primeros 7 nosotros somos los que con nuestros comentarios, observaciones, apodos, forma al hablar de ellos (por mencionar los aspectos verbales), vamos bosquejando lo que ellos pensarán de sí mismos. Pero hay que recordar que los no verbales son mucho más importantes que los verbales; algunos de ellos son: nuestros gestos cuando hacen algo que a nosotros no nos parece, cuando se equivocan y ven la forma en que reaccionamos por lo que hicieron, todo esto NO sólo le dice a ellos qué es lo que no nos gusta (tal vez eso es lo que nosotros creemos que ellos entienden o ese es el mensaje que nosotros queremos dar) pero en realidad estamos diciéndoles, tú eres malo, tú eres lento, tú eres flojo, eres inteligente, eres servicial, eres educado, estamos FORJANDO SU IDENTIDAD.
A continuación menciono una serie de actitudes que ayuden a su autoestima:
·         Trátalos con respeto
·         No los adules. Adular es cuando exageramos sus aspectos positivos.
·         Motívalos a que, de acuerdo a su edad tomen decisiones
·         Cumple lo que prometes, si les prometiste un premio se lo tendrás que dar
·         Escucharlos y responderles.
·         Decirles que les amas, mientras estableces contacto visual con ellos
·         Describamos los aspectos positivos que les señalemos, por ejemplo: gracias por levantar tu plato. En vez de algo demasiado general que no entiendan como: “lo hiciste muy bien”
Todo lo que hagamos repercutirá positiva o negativamente en su autoestima.

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