lunes, 24 de enero de 2011

Los sentimientos no son biodegradables.

Cuando no sabemos manejar adecuadamente nuestros sentimientos, solemos utilizar técnicas muy refinadas para evadirlos y no responsabilizarnos de ellos.
Una de las técnicas más socorridas que he podido observar y escuchar en el consultorio es “enterrarlos” en el olvido, es decir, no hacerles caso, hacer como si no existieran, les damos una hermosa toreada al baúl del olvido.
Pero que creen?, no por “enterrarlos” van a desaparecer como si fueran  hojas  de árbol que las  entierras y a los meses al ir por ellas, ya no las encuentras pues se han desintegrado por la acción de la tierra y los elementos de la naturaleza.
No, no. Los sentimientos no son biodegradables, le comparto una historia como ejemplo:
Mi abuelo quedo huérfano desde muy pequeño y una familia se hizo cargo de él; 
me cuenta que cuando su tutora le pedía un mandado tenía que realizar éste en un tiempo determinado, ese tiempo estaba señalado por lo que durara en secarse el escupitajo que la señora hacia en el piso (de tierra, pues eran muy pobres), si llegaba posterior a que se hubiera secado, recibía una tunda con soga que lo dejaba cojeando.
Mientras escucho esta historia- y mira que la he escuchado varias veces- los ojos de mi abuelo invariablemente se humedecen cuando recuerda esta dolorosa etapa,
y alguna vez le he preguntado, -todavía te duele recordarlo abuelo?,
y la respuesta es un rotundo NO.
Creemos que porque el evento está en el pasado el sentimiento también se queda ahí, lo enterramos y decimos, “NO,  eso es pasado”.
A mis pacientes les pregunto, ¿y esas lágrimas?
Y es que no sabemos ver lo evidente, lo evidente se revela frente a nosotros, lo evidente es que todavía hay algo inconcluso que está originando dolor y que por no atenderlo no se supera.
Recuerden, por mucho que queramos enterrarlos no se van a deshacer, necesitamos darles su lugar como parte nuestra  y atenderlos. Si es dolor, si es enojo o alegría, tiene su mensaje,
en fin, ojalá poco a poco podamos reconocer su importancia como parte de nosotros.

Psic. Pablo A. Cocom Marrufo

1 comentario:

Juquila dijo...

Gracias Pablo, estoy encantada de serguirte por aquí y de recordar "lo evidente" GRACIAS DE TODO CORAZÓN, te encomiendo en mis oraciones...