martes, 5 de abril de 2011

No des por hecho que lo sabe

En cierta ocasión mi hijo le contó a mi esposa un cuento que más o menos va así:
“Mamá, ¿que sale de cruzar un oso  con una gallina?”
Respuesta: un problema y jajajajajaja se rieron.
La parte interesante no es el chiste, si no la pregunta que a mi esposa se le ocurrió hacerle a mi hijo. Ella le preguntó, ¿qué es cruzar? La respuesta de mi hijo fue, “pues cuando pasan el uno frente al otro” y allá fue cuando mi esposa y yo cuando me lo contó nos atacamos de la risa.
Esto mi hizo recordar algo muy cierto en la educación de nuestros hijos,
“No des por hecho que están hablando el mismo lenguaje o por decirlo de otra manera, que están en el mismo nivel”.
Y es que debido al desarrollo cognitivo los niños NO PIENSAN IGUAL QUE LOS ADULTOS, no tienen las mismas habilidades cognitivas. Esta afirmación que puede parecer  muy lógica y comprensible en la práctica me parece que no es del todo clara para todos los padres, pues me ha tocado presenciar situaciones en las que se hace patente esto. Por ejemplo: he observado que en algunas situaciones se le hace una broma a algún niño para “divertirlo” pero el tipo de “broma” es en doble sentido, si el niño tiene 5 o 6 años no lo comprenderá del todo o quien sabe que estará entendiendo.
Si yo le digo pórtate bien, esa palabra bien puede tener muchos significados, eso no quiere decir que él ya ha entendido lo que nosotros esperamos de ellos.
En la etapa de 2 a 7 años es normal que los niños hagan sus propias reglas al jugar y no entiendan instrucciones o no las sigan tal como se las explican. Si nosotros no tenemos esta información corremos el riesgo de colocarle una etiqueta al niño de egoísta. Esta conducta debe ir cambiando a medida que el niño va madurando neurológicamente y le vamos ayudando con toda la paciencia del mundo a que poco a poco entienda las reglas. Ya debe haber una total comprensión de las reglas  a los 7 años. Es por esto que debemos ser muy específicos en lo que les pedimos pues les cuesta entender las reglas en esta etapa. Corremos también el riesgo de generarle expectativas que no están de acuerdo a su edad, nosotros nos frustramos como padres y generamos una baja autoestima en el niño.
Cuando observemos que nuestros hijos no responden a nuestras expectativas, no reaccionemos de manera impulsiva, averigüemos que ha ocurrido porque no han podido  completar la tarea, escuchemos con atención lo que nos dicen, que fue lo que ellos entendieron y cuál fue el proceso que siguieron, de esta manera podremos tomar decisiones más justas y evitaremos juicios a sus personas.
Les mando un saludos afectuoso, nos vemos la próxima semana.

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